Hemos llegado acá porque aquello que nos responden en las clases no es aquello por lo que hemos preguntado; hemos preguntado por lo que está dado, mas nadie nos da respuesta. Somos hijos de nuestras realidades, de las condiciones sociales, económicas y políticas que se nos estrellan en la cara cada día. Nos dicen que no tenemos que favorecer a nadie, que tenemos que ser neutrales, pero aquello que nos dicen siempre responde a algo, que en la totalidad de la realidad en que vivimos, no beneficia a todos, solo a unos pocos. Nos dan la neutralidad como algo dado cuando la ciencia que nos convoca, bajo la premisa de no tomar partido, es el altavoz sofisticado –matematizado- de los unos pocos y no de los todos muchos.
Porque nos duele la mentira, el hambre y la injusticia no podemos ser indiferentes. Nos vemos llamados a darle sentido a nuestro papel privilegiado como estudiantes universitarios. Tenemos que formarnos y educarnos colectivamente, así mismo como nos hemos construido, para contribuir, participar y porqué no educar en la media que nos educamos a nosotros mismos. Colectivamente somos mucho más de lo que solos y aislados podríamos ser. El C
olectivo es lo que uno sólo no puede. Es lo que puede hacer muchísimo más que desde las lúgubres aulas de clase. Nos hemos hecho colectivamente para generar propuestas y alternativas ante el panorama desolador que nos ofrecen, armados del espíritu crítico que hoy día escasea entre los jóvenes nos convocamos a producir lo necesario para nuestras acuciantes realidades. Para humanizar lo que han deshumanizado, para sembrar la esperanza y forjar aquellos mundos posibles ante un presente decadente.
Armados con la crítica, empujados por el desamparo y la sed, dirigimos nuestras fuerzas conscientemente hacia un solo destino, cosa que dispersos y desorganizados jamás podríamos. Nuestro destino es el futuro, al que el pasado insiste en detener. Y para avanzar hacía éste, de la misma manera que aquel que trabajando dota de medios al labriego para que este cultive la tierra que a nos apaciguará el hambre, de igual manera dotaremos de las herramientas, posibles dentro de nuestras ciencias, para construir muchos otros mundos diferentes a éste que no es ni el único ni el mejor mundo posible.
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