jueves, 22 de marzo de 2012

EDUCACIÓN PARA LA PAZ


En Colombia hoy se vive un conflicto social y armado que lleva más de 50 años,  cuya principal causa es la inequidad , debido  a la concentración de la riqueza en manos de un porcentaje muy pequeño de la población. Asumiendo que la educación es una posible ruta de solución a este problema, pues garantiza la posibilidad de mejores empleos,  además de la contribución de hombres y mujeres que propendan por soluciones democráticas a los conflictos, es necesario cuestionarnos sobre la mejor forma para brindar está, allí  se ubica el interrogante ¿subsidio a la oferta ó a la demanda?¿qué garantizara una mejor distribución de la riqueza y  un progreso frente a los problemas de inequidad?[1].

La inversión en educación por medio del subsidio a la  demanda es la apuesta que en este momento se le plantea al país como forma de aumentar la cobertura y la calidad de la educación superior, plasmado esto en el proyecto de ley  112 de 2011 por el cual se organiza el sistema de educación superior y se regula la prestación del servicio público de la educación superior, el problema aquí es que si bien el artículo 67 de la constitución política de Colombia dice que:

 “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura”.

La comunidad universitaria pelea hoy por un derecho, que se vislumbra para convertirse en un servicio público. En este orden de ideas lo que se plantea como una solución, se percibe mas como una arremetida contra los derechos sociales y económicos de la nación, pues esto que muchos dejan de llamar por su nombre es una política neoliberal porque  a diferencia de los liberales clásicos que propugnaban por que el Estado debía garantizar ciertos derechos a los ciudadanos que el mercado no podría brindar por su cuenta (educación, gasto en defensa, aparato judicial),esta política lo busca es que, el Estado se desentienda de algunas responsabilidades para que sea el mercado de manera “eficiente” quien le asigne a cada ciudadano el bien o servicio, por lo tanto la idea de aumentar la inversión por medio del subsidio a la demanda no es otra cosa que la privatización de la educación, puesto que “El crédito educativo es una de estas modalidades de privatización de la financiación del nivel superior. Esta modalidad es respaldada por el Banco Mundial con el argumento de la incapacidad del Estado colombiano para ampliar la cobertura de educación pública” (Crédito educativo, acciones afirmativas y equidad social en la educación superior en Colombia, 2009, pág. 107)


Fuente: el autor con datos del SNIES
Ahora bien es importante además tener en cuenta el desarrollo de este proceso de subsidio a la demanda. En Colombia existe el ICETEX ( Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior)que es el encargado de asignar créditos educativos, cuya prioridad en la última década ha sido la de focalizar su acción hacia la población mas desfavorecida en este caso las personas de estratos 1, 2 y 3 mostrando los siguientes resultados:

Empero algunos estudios como los del CID revelan que:
El crédito educativo subsidiado y focalizado a estudiantes de los estratos socioeconómicos más bajos ha sido propuesto como una política social de acceso con equidad a la educación superior (Programa ACCES)”. “Este análisis revela que en lugar de invertir en la expansión de oportunidades de educación superior pública de calidad, para estos sectores socioeconómicos, a éstos se les traslada la financiación de su educación superior, principalmente en instituciones privadas, mediante el endeudamiento privado. Esto configura una situación de extrema inequidad: los jóvenes pobres, generalmente con formación previa de baja calidad, no pueden competir por los escasos cupos en las instituciones públicas, y se ven entonces obligados a endeudarse para poder comprar educación privada (Celis Giraldo & Gómez Campo, 2009, pág. 106).

Esto es un golpe certero al subsidio a la demanda, pues, lo que se presume como una política para contribuir al mejoramiento de la equidad termina ejecutando resultados totalmente contrarios, primero, porque los crédito no se le brindan a los más pobres como lo afirma Jorge Iván Bula “Ha habido un esfuerzo por democratizar el crédito pero a pesar de esto, de acuerdo a datos que arrojó una serie de preguntas hecha a los 3 grupos del estudio, queda expuesto que el crédito se está concentrando en estratos 3 y 4 y no en estratos 1 y 2, donde debería haber más cobertura” (Agencia de noticias UN) y segundo porque existe una asimetría de información –por lo menos en la educación que ofrecen las IES privadas[2]-  a tal punto que  “un estudio del CID revela que el crédito de Acceso con Calidad para la Educación Superior (Acces) –otorgado por el Icetex–” independiente de los estratos se “destina en su mayoría a estudiantes que terminan por ingresar a instituciones que no ofrecen altos estándares de calidad” (Celis Giraldo & Gómez Campo, 2009).

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado hay que ser muy precavidos pues como lo plantearía George A. Akerlof;  “El mercado de 'limones': incertidumbre en la calidad y el mecanismo de mercado” en la década de 70 del pasado siglo, el hecho de que exista asimetría de información como una falla de mercado así sea en un pequeño grado tiene graves repercusiones, que para el caso educativo se aplica de la siguiente forma: si existe una asimetría de información entre oferentes de educación superior y personas con crédito dispuestos a ingresar a esta, considerando de por sí que los cupos ofertados por las IES públicas son  limitados, la mayor parte de la población dispuesta a estudiar tendrá que elegir entre las IES privadas , por lo que la asimetría de la información tendrá su mayor efecto allí donde las IES cuyo presupuesto se invierta en un mayor porcentaje para publicidad que en planta docente, como es el caso de universidades de calidad poco fiable, por lo que en el momento de elegir entre una u otra IES  jugara un papel muy importante tanto la publicidad como la diferencia de precios(desinformación), es por esto que en el afán de aumentar la cobertura, se pone en peligro la educación de excelencia académica y por supuesto la calidad(regida esta por estándares mundiales).

En este orden aumentar el subsidio a la demanda que es una política que no garantiza solucionar el problema de la inequidad no puede ser el camino, pues si bien las cifras de cobertura se pueden inflar y el país estaría cumpliendo en cuanto a las estadísticas, el avance de la educación debe evaluarse en la medida que aporte a la solución de los problemas reales, porque si bien hay unas contradicciones entre el nivel de demanda y el nivel de oferta de educación superior, el problema dialéctico se supera pero no en el sentido hegeliano como un progreso, sino mas bien es un retroceso pues el hecho de acceder a una educación superior de muy deplorable calidad no garantiza  empleo ni avances en la construcción de una nación democrática con equidad.

El crédito educativo como control social

La financiación de la educación superior por medio de los créditos obedece a un modelo que como lo diría el profesor Cesar Giraldo “ha sido derrotado en lo económico; pero no lo ha sido en lo ideológico”, y que pretende desligar al Estado de su responsabilidad no solo con la educación sino con otros derechos, hay que hacer una precisión y es que estos derechos y en particular la educación, no son cosas regaladas, decir esto es una falacia, puesto que el estado se financia con la tributación de todos los contribuyentes y está en la obligación de garantizar estos derechos. Empero el problema de Colombia no es un déficit fiscal por gasto, sino por la larga lista de exenciones y a la poca efectividad a la hora de recaudar los impuestos, por lo que aquí queda planteada una sugerencia… para subsidiar la oferta[3].

El crédito  educativo, como el crédito a la vivienda o el implantado en salud por la ley 100 de 1993 responde a:
La lógica financiera” que  “expresa un poder real y concreto sobre la sociedad. Las acreencias financieras expresan derechos de propiedad y derechos de renta sobre el producto social. Siguiendo a Lo Vuolo “Este poder surge de la capacidad del capital financiero para transformar el dinero en deuda, la deuda en propiedad y la propiedad en influencia sobre las relaciones sociales que estructuran la sociedad” (2001: 34). Por esto el poder financiero se transforma en un poder social y político (Giraldo, 2003)

En tal sentido el derecho se transforma poco a poco en una mercancía que a pesar de que no se pueda vender libremente, paulatinamente con las medidas que buscan aplicar el subsidio a la demanda, se va ganando terreno en la medida de que, “En vez de que el sistema económico estuviera incorporado en las relaciones sociales, son éstas las que terminaran incorporadas al sistema económico” (Giraldo, 2003) por lo tanto el mercado es el encargado de suministrarlo.

“Estudiar 5 años y endeudarse 15” es una consigna que hoy pinta los rostros de los estudiantes, de los jóvenes que salieron a la calle pensando algunos como estudiantes en trasformar la educación para luego como profesionales transformar el país.

Endeudarse es una opción pero es una opción privada, que como tal produce rendimiento a costa de lo que renuncian las familias para que sus hijos estudien. Algunos estudios han mostrado que los estudiantes con crédito para el sostenimiento tienen un 30% menos de posibilidad de desertar de la educación superior, pero aun así desertan, quedan muchas cosas por resolver, quedan muchas preguntas por plantear pero existen algunas que podemos concluir.


Conclusiones:
·         Si bien el crédito educativo a través del  ICETEX ha aumentado su participación en la financiación de la educación superior generando un importante impacto sobre la cobertura, la mayor parte de esta financiación se destina para las IES privadas, sin embargo en este sector existe una asimetría de información entre IES privadas y personas con crédito educativo, por lo que una proporción muy apreciable de los créditos se destina para el ingreso de los beneficiarios en IES de baja calidad.
·         La misión del crédito ACCES como un método para disminuir la inequidad no se ha cumplido, puesto que las condiciones para acceder al crédito son muy rigurosas y terminan excluyendo a una gran proporción de la población más vulnerable , por otro lado los créditos asignados terminan financiando IES de baja calidad --si tomamos una proposición simple-  los estudiantes de pocos recursos económicos que no pueden acceder a una educación media de buena calidad , posteriormente no logran conseguir un cupo en una universidad pública, para luego termina en una IES privada de baja calidad, lo que en cierto modo contribuye a agudizar la asimetría de la información, no solo en la educación sino en la sociedad, y además contribuyen a la formación de profesionales de muy baja calidad con bastantes desventajas a la hora de conseguir empleo.
·         Se analizo en dos líneas generales el subsidio a la demanda y podemos concluir que no es una forma de contribuir a la solución del conflicto armado y social que vive el país, por lo que es importante voltear la mirada hacia el subsidio a la oferta, y la pregunta que surgiría seria la siguiente ¿con un aumento de la cobertura que además garantice un bienestar universitario para un desarrollo de la actividad académica de manera digna, se podrán disminuir los niveles de deserción, y reducir la inequidad existente?[4]
·         Un argumento que se suele utilizar para abogar por la privatización es que la gestión del sector privada es más eficiente[5] que el público, es evidente que existen problemas de corrupción en algunas universidades publicas pero como diría Stiglitz “En un trabajo con Sappington(1987b), mostré que las condiciones bajo las cuales la privatización llevaría necesariamente a una mejora del bienestar eran extremadamente restrictivas, muy similares a aquellas bajo las cuales los mercados competitivos promoverían unos resultados eficientes en el sentido de Pareto” (Stiglitz, 2002, pág. 137)por lo tanto no se puede restringir la posibilidad de brindar una mayor oportunidad para el ingreso de mas personas a una educación publica y de excelencia académica.


Cuando se privatiza se pretende sacar de la discusión política los derechos sociales porque estos pasan a ser provistos por operadores privados. Esa es la magia de los reformadores. Y por esto la discusión política se ha concentrado en los temas relacionados con el orden público, que es lo que tiene que ver con la esfera política del Estado, dándole un bajo perfil a la discusión de la esfera económica y social. Es preciso politizar lo público. Los derechos sociales, que pasan a ser administrados por proveedores privados, a través de la intermediación financiera, no pueden ser ajenos al proceso político. Tales administradores deben responder políticamente y la sociedad debe encontrar mecanismos que le permita acceder al control real de tales bienes y servicios sociales. Es a partir de allí que se debe construir un nuevo Estado, basado en el control popular de lo social, de lo económico y, por supuesto, de lo político (Celis Giraldo & Gómez Campo, 2009).


BIBLIOGRAFIA
Celis Giraldo, J. E., & Gómez Campo, V. M. (2009). Crédito educativo, acciones afirmativas y equidad social en la educación superior en Colombia. Revista de Estudios Sociales No. 33, 106-117.
Fin/pbs/feb, P. (s.f.). Agencia de noticias UN. Recuperado el 2 de Noviembre de 2011, de Agencia de noticias UN: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/article/credito-educativo-no-llega-a-quien-lo-necesita/index.html
Giraldo, C. (2003). Rescate de lo publico. En C. Giraldo, Rescate de lo de lo público. Poder financiero y derechos sociales (págs. 3-21). Bogotá: Centro de Estudios Escuela para el Desarrollo, Academia Colombiana de Ciencias Económicas, Ediciones Desde Abajo.
Stiglitz, J. E. (2002). La información y el cambio en el paradigma de la ciencia económica. REVISTA ASTURIANA DE ECONOMÍA - RAE Nº 25 2002, 95-164.

Educación para la pa

[1] Es  abusivo creer que el gasto en educación no debe aumentar, pues, es casi de sentido común que las naciones desarrolladas tienen un porcentaje muy apreciable respecto al PIB que destinan para educación,  por lo que la pregunta no es de fondo sino de forma.

[2]De los créditos adjudicados en el período 2003 a 2008, el 80,3% de los beneficiarios estaba en instituciones pri­vadas, y el 19,7%, en instituciones públicas. Según el nivel de los programas, el 80,4% de los estudiantes cur­saba una carrera universitaria, y el 19,5%, un programa técnico o tecnológico (ICETEX 2008).” (Celis Giraldo & Gómez Campo, 2009, pág. 109)
[3] Programa mínimo de los estudiantes MANE (mesa amplia nacional estudiantil).
[4]“Las políticas y estrategias que aumenten y mejoren la igualdad social de oportunidades educativas constituyen un aporte central a la construcción de la democracia y a la inclusión social. Sin este tipo de políticas serían aún mayores la desigualdad social y la reproducción de la estructura existente de poder y pri­vilegios, reproducción que deslegitima el sistema social al privilegiar los factores de herencia –cultural, social, económica, etc.– sobre el mérito y el esfuerzo individual en la estratificación social y ocupacional” (Celis Giraldo & Gómez Campo, 2009)
[5] No necesariamente más eficaz.


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Este documento fue elaborado por el Centro de Estudios Raúl Alameda

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