Las
condiciones actuales en las que vive la mayoría de la población colombiana
permiten ver en términos de consumo -específicamente de bienes de larga duración,
a través del crédito-una disminución de la pobreza, además de los últimos
resultados de las mediciones de esta (tanto la utilizada hasta el 2011 como la
que se adoptara a partir de la fecha); pero estas conclusiones vislumbran la
realidad, pues, la inequidad sigue aumentando y esto es el “quid” del problema.
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| TOMADA DEL ESPECTADOR.COM |
Siendo el
cuarto país en inequidad, no se puede caer en las trampas de la pobreza, ya que
un Gini de 0.58 exige una solución a través de reformas estructurales que
cambien el estado actual de las cosas.
Ciertamente
es innegable que en valores absolutos las condiciones han mejorado, pues a
diferencia de los comienzos del siglo pasado donde un porcentaje muy alto de la
población no podía acceder a zapatos; hoy es una realidad que la mayoría de las
personas los usa. Que no falta prácticamente en ningún hogar un inodoro o un televisor;
pero esto fruto de las dinámicas propias de la producción. Se debe en gran
medida al aumento exponencial de la productividad en la producción de estos
bienes, y a que sus costos se han reducido vertiginosamente; empero esto no
deja de ser un concepto nominal(relacionado al consumo), es decir, la cuestión
no es la cantidad que se puede consumir sino la relación entre lo que consumen
los de abajo y los de arriba, lo que Marx denominaría “…el salario relativo” que “acusa
la parte que se concede al trabajo directo de los valores creados por él, en
proporción a la parte que se reserva el trabajo acumulado, el capital”.
Pues si
bien el consumo vislumbra la realidad, lo que realmente la refleja es la
distribución de la riqueza y del ingreso de un país que para nuestro caso,
muestra que a pesar del incesante
aumento de la productividad de algunas industrias y el conflicto social
originado especialmente por la necesidad de una redistribución de la tierra,
hasta ahora no obtenida, la desigualdad es vigente, un “0,4% de los propietarios son dueños del 61% de las tierras del país”[1], el 20% de la
población colombiana recibe el 62% de los ingresos anuales[2],
es decir que a pesar de que se puede consumir; en proporciones reales siempre
se consumirá mucho menos en la mayoría de los hogares colombianos de lo que se
puede consumir en los selectas familias de la más alta clase "los ricos más
ricos y los pobres más pobres".
Por lo
tanto el problemas no es solo de consumo, sino de cuanto de lo que produce la
gran mayoría de la población se queda en sus manos, así que disminuir la
pobreza no es más que un calmante y lo que necesitamos es una aspirina que
acabe con el dolor de cabeza (una reforma estructural tanto de la riqueza como
del ingreso).
Finalmente diría Herbert Marcuse en el final de
la utopía “apenas hay hoy…” “…un científico o un investigador digno de ser
tomado en serio que se atreva a negar que con las fuerzas productivas técnicamente
disponibles ya hoy es posible la eliminación material e intelectual del hambre
y de la miseria, y que lo que hoy ocurre ha de atribuirse a la organización
sociopolítica de la tierra”.
[2] Tomado de la revista Perfil de Coyuntura Económica No. 9,
Universidad de Antioquia, articulo Panorama actual de la pobreza desde la
perspectiva del crecimiento económico y la distribución del ingreso en Colombia
/ Base de datos de la CEPAL. Información para el 2005 y Human Developmet Report
2005

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