Hoy debemos reflexionar en términos económicos respecto a la posibilidad ya evidente de afrontar una enfermedad holandesa, debido al boom de la explotación minero energético en detrimento de la producción de transables que en otrora impulsaron la economía nacional, como la industria. Las consecuencias de que estos síntomas se conviertan en una crisis pueden poner en riesgo la vida de muchos colombianos, mas allá de lo que ya se encuentra en este momento; sin embargo la reflexión debe ser mas profunda, porque en realidad lo que está en juego con la apuesta de desarrollo por medio de la producción y exportación de materias primas, no es solo el empleo y condiciones para una vida digna, sino la vida misma. La explotación minero energética viola todas las conductas de producción sustentable, destruye las reservas hídricas, devasta ecosistemas enteros, violenta lo derechos humanos, legisla con terror, desplaza a la cultura campesina, a la comunidad afro y/o la comunidad indígena.
Existen condiciones tremendamente contradictorias entre la construcción de territorio, de cultura, de economía propia con el modelo de desarrollo impuesto en el país; mientras algunas economías latinoamericanas fundamentan su progreso en el fortalecimiento del mercado interno, los gobernantes colombianos sumisos a los designios del mercado mundial son incapaces de apostar por un “desarrollo” económico propio, que incluya la voluntad e interés popular, que democratice la economía, y que potencie la capacidad productiva del país.
Está demostrado que si los detentadores del poder continúan con este la situación no va a cambiar. Por ello las conclusiones de la cumbre nacional agraria, recogidas en el pliego nacional agrario, son un insumo de importancia sin igual, puede que hoy las condiciones no sean las más favorables para los colombianos, pero ya es claro que se viene gestando un proceso constituyente y que de las astucia de los que han sido excluidos para constituirse en poder, dependerá que en un futuro cercano podamos estar hablando de los beneficios que nos arrojó haber dado otro rumbo tanto político como económico a este país.
Queremos compartir el siguiente vídeo promocional del proyecto de investigación La otra mitad del medio ambiente, liderado por el profesor Alberto Amaya Calderón, director del Instituto Taller de Creación de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, que consideramos es un muy buen material audiovisual que se cuestiona por la correspondencia entre vida y crecimiento económico, y que pone de presente la necesidad de construir un nuevo modelo de desarrollo.

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