Camilo Pineda
Segura*
“Acuerdo
por lo superior 2034. Propuesta de política pública para la
excelencia de la educación superior en Colombia en el escenario de la paz.”
Después de una fracasada reforma a la ley 30 del 92, el Consejo Nacional de
Educación Superior (CESU), hace un nuevo proyecto, muy bien elaborado,
estructurado de inicio a fin por (con) una retórica intencionada. Según el
escrito, la propuesta fue consultada por diferentes personas (sectores) de la
sociedad colombiana, aunque también se realizaron diferentes eventos
internacionales. Pero la propuesta definitiva la llevo a cabo el Consejo
Nacional de Educación Superior (CESU)[1],
el cual lo integran representantes del gobierno, rectores de diferentes instituciones
de educación superior, entre otros[2].
En este documento
es claro, como se quiere defender una propuesta de educación hecha solamente
por el gobierno, dejando a un lado otras opiniones y además se busca implementar proyectos de la pasada
reforma a la ley 30 en el 2011.
En la planeación
del sector educativo para los próximos años, se tuvo en cuenta recomendaciones
de organizaciones internacionales como lo es el Banco Mundial y la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)[3].
En ellos se contempla el aumento de la educación superior de calidad, enfocada en
las competencias laborales, esto último haciendo énfasis en la apertura de instituciones
de formación técnica y tecnológica como lo es el SENA.
Según Andrés
Felipe Mora y Leopoldo Múnera (2014) en este proyecto también
fue creado un ente al cual ellos llaman denominan comunidad de respaldo, compuesto por diferentes personalidades como
por ejemplo reporteros, académicos, analistas, etc., el cual busca crear ante
la opinión pública un consenso a favor de dicha propuesta. Como se dice (señala)
en el texto Complejo de Superioridad: El
análisis de la educación superior colombiana es vago y esta soportado en datos
estadísticos poco matizados, de tal manera que permita (de tal manera busca)
construir un consenso suficientemente amplio en la comunidad de respaldo y
propiciar (que dé respaldo y propicie) la aceptación en los medios de
comunicación y en sus lectores o audiencias por (dada su) talante supuestamente
pluralista (Mora & Múnera Ruiz, 2014) .
Se puede ver
cómo supuestos representantes de la universidad, como -por ejemplo
Carlos Mario Lopera Palacio, director del Observatorio de la Universidad
Colombiana-, afirma: “Finalmente el país tiene una propuesta de política
pública en educación superior, construida con el concurso de todos los
sectores, especialmente las asociaciones de IES, rectores y Estado, pero
también con estudiantes y profesores, aunque como seguramente pasará, algunos
de sus movimientos esgrimirán que no fueron tenidos en cuenta o que la
propuesta no los representa”(revisar cita).
El proyecto
cuenta con detalles “glamurosos” y un alto trabajo en cuestión de edición, por
ejemplo, el prólogo de este fue hecho por Edgar Morin, filósofo y
sociólogo francés, el cual expresa que el acuerdo busca una educación crítica
con beneficio hacia los colombianos. Teniendo este proyecto un contenido donde
su única realidad es la búsqueda de competencias laborales, donde (y) además se
olvida que la educación debería ser un derecho para todos.
Por otro lado
el acuerdo se olvida completamente de observaciones realizadas por actores de
la comunidad universitaria como por ejemplo la Mesa Amplia Nacional Estudiantil
(MANE) y se olvida de las poblaciones indígenas y afrocolombianas. Como se
indico antes, se busca cubrir del 60% al 65% de la demanda de educación
superior con formación técnica, tecnológica para el trabajo y el desarrollo
humano.
Uno de los
grandes temas de este acuerdo es la igualdad y competitividad: en Colombia se
tiene (en Colombia existe) una gran brecha entre ricos y pobres, según un
informe del centro universitario de desarrollo (CINDA). La matricula de las personas
con menores ingresos en la educación superior es del 8.5% y el 22% hace parte
de las personas con mayores recursos del total de la población. Para romper con
esta brecha las personas con más bajos recursos fueron destinadas
(coaccionadas) a estudiar en el SENA, en programas con muy bajos niveles de inversión.
Por esta razón el SENA aumento su cupo de 97468 estudiantes en el 2005 a 470565
en el 2013. Al mismo tiempo, a las universidades se les exigió una diversificación
en cuestión de ofertas educativas mediante programas a distancia.
En el
planteamiento de la igualdad se establece criterios de merito y responsabilidad
individual, el cual en realidad no es para nada equitativo. Teniendo en cuenta
que la educación primaria y secundaria no va a cambiar, el individuo (la
persona) de escasos recursos seguirá asistiendo a colegios públicos los cuales
mantienen una desventaja frente a los colegios privados (de alto nivel) a los
que asisten las personas con mas posibilidades económicas. Por ende, ante criterios
de mérito en las universidades solo estudiarían las elites del país, pues contarían
con mayor formación que una persona de bajos recursos.
Se establecerán
5 posibilidades segmentadas de formación, las cuales buscaran una articulación
entre la educación superior y la formación para el trabajo y el desarrollo
humano.
Tomado del articulo Complejo de superioridad
Los últimos
cuatro aspectos propuestos por el CESU, (Formación Tecnológica, Técnica
Profesional, Técnica laboral y Expertos en Artes y Oficios) deben tener un gran
apoyo por parte del gobierno ya que ajustarían el sistema de educación superior
a lo que ellos creen que son las necesidades productivas del país. Lo esperado
es que estas cuatro últimas divisiones lleguen a representar del 60% al 65% del
total de la matrícula del “Sistema de Educación Terciaria”, en el 2034.
Se pretende,
que del total de las matriculas, haya un financiamiento del 49% al 64%. Por
otro lado se propone bajar los cupos universitarios entre un 3.9% y 10%, según
la estimación de esta forma se ve mas explícitamente, que si se aprueba este
proyecto, no llegaremos nunca al tan anhelado sueño de una educación superior
gratuita.
Es fácil
reconocer como el Estado conduce por una declive la educación superior, llenándola
de mas obstáculos. En donde sus directivas son pasivas ante estas políticas; políticas
que alejan cada vez más el sueño de tener una educación de excelente calidad,
gratuita y para todos. Pero solo podremos buscar una verdadera solución con la
participación activa de la comunidad universitaria, y en general de la
población colombiana, que exija la garantía verdadera de la autonomía y
democracia universitaria, y por su puesto con (el respectivo) financiamiento.
*Estudiante de Contaduría Pública, miembro del Colectivo de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional.
[1] En esta organización es muy poca la intervención verdadera por la
universidades, ya que los rectores que pueden intervenir fueron escogidos por
el gobierno gracias a sus afinidades con este.
[2] La propuesta se encuentra disponible en el sitio web del ministerio
de educación: http://www.mineducacion.gov.co/1621/w3-article-344500.html
[3] El
documento donde se encuentran las diferentes recomendaciones y evaluaciones
hechas por la OCDE y el banco mundial se puede consultar en el enlace: http://www.oecd.org/edu/skills-beyond-school/Evaluaciones%20de%20pol%C3%ADticas%20nacionales%20de%20Educaci%C3%B3n%20-%20La%20Educaci%C3%B3n%20superior%20en%20Colombia.pdf
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