Yuli Tenjo* & Daniel Rojas**
En el documento
Bases del Plan de Desarrollo 2014-2018[1],
se encuentra el apartado que habla de educación con el siguiente encabezado
“Colombia la más Educada”, dicho apartado contiene las propuestas del gobierno con
respecto la educación para el siguiente periodo presidencial. En este se trata
la educación desde el sector de la primera infancia hasta la educación
superior, además algunos de los problemas educativos presentes en el país,
tales como el analfabetismo, la deserción escolar, la calidad educativa, entre
otros.
Las propuestas
ponen en la mesa la baja calidad educativa que se presenta actualmente y juega
un papel importante, Los resultados del Programa Internacional para la
Educación de Estudiantes (PISA) de 2012, reflejan esto en gran medida, la
prueba dejó ubicada a Colombia en los últimos lugares, con bajos puntajes en
las diferentes pruebas. En vista de lo anterior, el gobierno tomó la educación,
como uno de los pilares principales de los tres que plantea: “paz, equidad y
educación”.
Siguiendo esta
línea, en las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018, el gobierno
plantea, como Objetivo Número 1: “Cerrar
las brechas en acceso y calidad a la educación, entre individuos, grupos
poblacionales y entre regiones, acercando al país a altos estándares
internacionales y logrando la igualdad de oportunidades para todos los
ciudadanos”. [2]
Se pone de
manifiesto, en primer lugar, y refiriéndose a la educación escolar (de primera
infancia, básica y media), que se debe aumentar la cobertura y el acceso a ésta
a todos los sectores sociales (sobre todo en los de menores ingresos), haciendo
énfasis en la mejora de la calidad. Ésto
con el fin de incrementar los índices (calidad, tiempo de jornada escolar,
educación integral, entre otros) que dejan rezagada a la educación escolar pública
respecto a la privada. Impactando además, no solo a la población urbana sino
también a la población rural, que muestra peores índices cualitativos.
Para esto, se
plantea una transformación del proceso de educación docente, con el aumento de
incentivos a los mejores estudiantes para que decidan estudiar una
licenciatura, y el mejoramiento de las entidades dedicadas a este tipo de
formación académica.
Se habla también
de un incremento en el número de horas de la jornada escolar, con la excusa de
que este incrementará la calidad educativa y reducirá los índices de violencia
y el consumo de sustancias psicoactivas en esta población. Empero el incremento de número de horas de la jornada
escolar no tiene esencialmente nada que ver con el incremento de la calidad
educativa. La evidencia se encuentra en que países como Finlandia, que tiene
índices muy altos en cuanto a educación, tienen una jornada escolar que no
sobrepasa las cinco horas.[3] Lo
que hace el incremento de horas, es mantener a los estudiantes más tiempo
encerrados en los colegios, sin ningún objetivo más que ese, a pesar de que se
piensa aumentar el número de programas extracurriculares.
En el caso de la
educación técnica, tecnológica y profesional (superior) no se hace el mismo
énfasis. Se propone una expansión de cobertura y la calidad, pero no se
establecen lineamientos generales o una hoja de ruta efectiva para lograrla.
Con respecto al
financiamiento, queda claro que será directo en la educación escolar; sin
embargo para la educación superior (ES), se especifica laxamente que, el
financiamiento no solo no será directo, sino que también continuarán y se
incrementarán los créditos para estudiantes. Esto último conocido como subsidio
de la demanda, por medio de créditos “condonables”, y la nueva figura subsidio a la oferta, por
medio de instituciones de crédito, todo
ello contrario a la propuesta de financiamiento directo que lleva implícita a
la educación como un derecho fundamental.
Se habla también
de la articulación de la educación media con la superior, en un marco de
Formación para el Trabajo y Desarrollo Humano (FTDH). Dicha articulación se hará
con el objetivo de fomentar la educación laboral. Este modelo ya se ha venido implementando
desde algunos años atrás, con instituciones como el SENA, que hacen convenios
con instituciones de educación escolar para que dentro de los currículos de los
colegios, a parte de las materias obligatorias, se incluyan cursos de programas
de formación técnica, para que así los estudiantes obtengan el título de técnico,
además del de bachiller.
Académicamente
los estudiantes se ven muy afectados, pues con el tiempo que éstos podrían
estar dedicándole a la preparación para presentarse a una universidad o para presentar
las pruebas estatales, estos lo gastan en estos programas de educación técnica.
Teniendo en cuenta
la importancia que ha tomado la ES como factor para la movilidad social, lo
planteado parece no corresponder con un camino efectivo para dicha movilidad a
nivel macro. La desigualdad que actualmente tiene la población colombiana
necesita, para su superación, de una gran expansión (con calidad) de la
cobertura de la ES, y específicamente de la ES pública que además sea abierta y
universal, solo de esta manera se garantizarían las condiciones para un cambio.
Retomando las
consignas del gobierno, “Paz, equidad, educación”. La segunda parece que no va a disminuirse
precisamente por el papel de la educación, que, en los términos que se plantea,
no harán más que reproducir la desigualdad.
Si de verdad se
quiere superar dicha desigualdad, y además aportarle a la construcción de un
país diferente luego del post conflicto, la educación como pilar fundamental del
proceso debería, en primer lugar, dejar de plantear el simple aumento de horas
de jornada, el simple aumento de profesores con tal o cual nivel de formación,
y la mera diversificación de programas artísticos y deportivos
extracurriculares; debería partir de las condiciones sociales en las que
actualmente se encuentra el país, y a partir de allí construir una academia,
que responda a las necesidades que estas plantean. La financiación de este
modo, en el caso de la ES, debería ser directa en su totalidad, para que así el
objetivo de la equidad y la paz puedan ser llevados plenamente a cabo.
En el texto parece
que el objetivo no se ha planteado respondiendo a esta necesidad. En el
objetivo No. 2 (“Formar una sociedad
integral moderna e incluyente que respeta a sus individuos, que genera un crecimiento sostenible y un estado que hace
efectivo el goce de sus derechos.”) se establece que para cumplirlo Colombia debe
entrar a la Organización para el Comercio y Desarrollo Económico (OCDE). Este
objetivo no responde a las diferentes necesidades ni a lo que se plantea en las
consignas.
Se plantean la implementación
de los programas, “Colombia Bilingüe “ y
“Colombia libre de analfabetismo”[4].
De por sí, estos programas no son malos, pero como no son una propuesta de
educación unificada con la educación escolar y superior, las dos fundamentales,
si no que se proponen como programas adicionales, su efecto no será contundente;
si es que sigue, además, la propuesta de lograr una educación integral. ¿Estos
programas en verdad responden a las necesidades del país y a las consignas del
gobierno? o ¿son meros programas para mejorar los índices educativos, en los
cuales Colombia se encuentra rezagada con respecto a sus pares de la OCDE?
Si Colombia implementa un programa educativo como este, que no corresponde
con las verdaderas necesidades del país, problemas sociales como la
desigualdad, no se superarán sino que al contrario se profundizarán.
Es necesario cambiar de perspectiva. En donde todos los esfuerzos se
dirijan a lograr la verdadera transformación del país.
*Miembro del Colectivo de Economía.Estudiante de Psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional.
[1]
Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Disponible en: https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Prensa/Bases%20Plan%20Nacional%20de%20Desarrollo%202014-2018.pdf
[2]
Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 (2014). pg.: 41
[3] Compton, R (2011) The Finland Phenomenon [Video]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=-ZnCK77VGTw
[4] Op. cit.: pg.: 51-52
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