domingo, 8 de marzo de 2015

Educación en el PND: mono vestido de seda.

Yuli Tenjo* &  Daniel Rojas**

En el documento Bases del Plan de Desarrollo 2014-2018[1], se encuentra el apartado que habla de educación con el siguiente encabezado “Colombia la más Educada”, dicho apartado contiene las propuestas del gobierno con respecto la educación para el siguiente periodo presidencial. En este se trata la educación desde el sector de la primera infancia hasta la educación superior, además algunos de los problemas educativos presentes en el país, tales como el analfabetismo, la deserción escolar, la calidad educativa, entre otros.

Las propuestas ponen en la mesa la baja calidad educativa que se presenta actualmente y juega un papel importante, Los resultados del Programa Internacional para la Educación de Estudiantes (PISA) de 2012, reflejan esto en gran medida, la prueba dejó ubicada a Colombia en los últimos lugares, con bajos puntajes en las diferentes pruebas. En vista de lo anterior, el gobierno tomó la educación, como uno de los pilares principales de los tres que plantea: “paz, equidad y educación”.

Siguiendo esta línea, en las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018, el gobierno plantea, como Objetivo Número 1: “Cerrar las brechas en acceso y calidad a la educación, entre individuos, grupos poblacionales y entre regiones, acercando al país a altos estándares internacionales y logrando la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos”. [2]

Se pone de manifiesto, en primer lugar, y refiriéndose a la educación escolar (de primera infancia, básica y media), que se debe aumentar la cobertura y el acceso a ésta a todos los sectores sociales (sobre todo en los de menores ingresos), haciendo énfasis en la mejora de la calidad. Ésto con el fin de incrementar los índices (calidad, tiempo de jornada escolar, educación integral, entre otros) que dejan rezagada a la educación escolar pública respecto a la privada. Impactando además, no solo a la población urbana sino también a la población rural, que muestra peores índices cualitativos.

Para esto, se plantea una transformación del proceso de educación docente, con el aumento de incentivos a los mejores estudiantes para que decidan estudiar una licenciatura, y el mejoramiento de las entidades dedicadas a este tipo de formación académica.

Se habla también de un incremento en el número de horas de la jornada escolar, con la excusa de que este incrementará la calidad educativa y reducirá los índices de violencia y el consumo de sustancias psicoactivas en esta población. Empero  el incremento de número de horas de la jornada escolar no tiene esencialmente nada que ver con el incremento de la calidad educativa. La evidencia se encuentra en que países como Finlandia, que tiene índices muy altos en cuanto a educación, tienen una jornada escolar que no sobrepasa las cinco horas.[3] Lo que hace el incremento de horas, es mantener a los estudiantes más tiempo encerrados en los colegios, sin ningún objetivo más que ese, a pesar de que se piensa aumentar el número de programas extracurriculares.

En el caso de la educación técnica, tecnológica y profesional (superior) no se hace el mismo énfasis. Se propone una expansión de cobertura y la calidad, pero no se establecen lineamientos generales o una hoja de ruta efectiva para lograrla.

Con respecto al financiamiento, queda claro que será directo en la educación escolar; sin embargo para la educación superior (ES), se especifica laxamente que, el financiamiento no solo no será directo, sino que también continuarán y se incrementarán los créditos para estudiantes. Esto último conocido como subsidio de la demanda, por medio de créditos “condonables”,  y la nueva figura subsidio a la oferta, por medio de instituciones de crédito,  todo ello contrario a la propuesta de financiamiento directo que lleva implícita a la educación como un derecho fundamental.

Se habla también de la articulación de la educación media con la superior, en un marco de Formación para el Trabajo y Desarrollo Humano (FTDH). Dicha articulación se hará con el objetivo de fomentar la educación laboral. Este modelo ya se ha venido implementando desde algunos años atrás, con instituciones como el SENA, que hacen convenios con instituciones de educación escolar para que dentro de los currículos de los colegios, a parte de las materias obligatorias, se incluyan cursos de programas de formación técnica, para que así los estudiantes obtengan el título de técnico, además del de bachiller.

Académicamente los estudiantes se ven muy afectados, pues con el tiempo que éstos podrían estar dedicándole a la preparación para presentarse a una universidad o para presentar las pruebas estatales, estos lo gastan en estos programas de educación técnica.

Teniendo en cuenta la importancia que ha tomado la ES como factor para la movilidad social, lo planteado parece no corresponder con un camino efectivo para dicha movilidad a nivel macro. La desigualdad que actualmente tiene la población colombiana necesita, para su superación, de una gran expansión (con calidad) de la cobertura de la ES, y específicamente de la ES pública que además sea abierta y universal, solo de esta manera se garantizarían las condiciones para un cambio.

Retomando las consignas del gobierno, “Paz, equidad, educación”.  La segunda parece que no va a disminuirse precisamente por el papel de la educación, que, en los términos que se plantea, no harán más que reproducir la desigualdad.

Si de verdad se quiere superar dicha desigualdad, y además aportarle a la construcción de un país diferente luego del post conflicto, la educación como pilar fundamental del proceso debería, en primer lugar, dejar de plantear el simple aumento de horas de jornada, el simple aumento de profesores con tal o cual nivel de formación, y la mera diversificación de programas artísticos y deportivos extracurriculares; debería partir de las condiciones sociales en las que actualmente se encuentra el país, y a partir de allí construir una academia, que responda a las necesidades que estas plantean. La financiación de este modo, en el caso de la ES, debería ser directa en su totalidad, para que así el objetivo de la equidad y la paz puedan ser llevados plenamente a cabo.

En el texto parece que el objetivo no se ha planteado respondiendo a esta necesidad. En el objetivo No. 2 (“Formar una sociedad integral moderna e incluyente que respeta a sus individuos, que genera un crecimiento sostenible y un estado que hace efectivo el goce de sus derechos.”) se establece que para cumplirlo Colombia debe entrar a la Organización para el Comercio y Desarrollo Económico (OCDE). Este objetivo no responde a las diferentes necesidades ni a lo que se plantea en las consignas.

Se plantean la implementación de los programas, “Colombia Bilingüe “ y  “Colombia libre de analfabetismo”[4]. De por sí, estos programas no son malos, pero como no son una propuesta de educación unificada con la educación escolar y superior, las dos fundamentales, si no que se proponen como programas adicionales, su efecto no será contundente; si es que sigue, además, la propuesta de lograr una educación integral. ¿Estos programas en verdad responden a las necesidades del país y a las consignas del gobierno? o ¿son meros programas para mejorar los índices educativos, en los cuales Colombia se encuentra rezagada con respecto a sus pares de la OCDE?

Si Colombia implementa un programa educativo como este, que no corresponde con las verdaderas necesidades del país, problemas sociales como la desigualdad, no se superarán sino que al contrario se profundizarán.

Es necesario cambiar de perspectiva. En donde todos los esfuerzos se dirijan a lograr la verdadera transformación del país.









[2] Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 (2014). pg.: 41
[3] Compton, R (2011) The Finland Phenomenon [Video]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=-ZnCK77VGTw
[4] Op. cit.: pg.: 51-52

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