Leonardo Rojas*
Bibliografía
Tomado de https://larpe1.files.wordpress.com/2011/11/8aeconomc3adapobreza11.jpg |
La
desigualdad se ha convertido desde hace dos años en un debate ecuménico, con la
participación de destacados académicos, la deliberación provocada por la
publicación de “El Capital en el Siglo XXI” de Thomas Piketty y la difusión de
la World Top Incomes Database (WTID), quizá la recopilación más importante de
su tipo hasta la actualidad, han contribuido a posicionar un tema que había
perdido relevancia en la discusión económica desde la aparición de la escuela
neoclásica, a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, pero además ha
servido para desmentir “verdades” aceptadas prominentemente en la academia,
como la hipótesis de Kusnetz quien afirmó que el crecimiento era la mejor
apuesta para las economías, pues este tenía un comportamiento en forma de
campana con respecto a la desigualdad, así que, conforme el crecimiento
económico aumentaba, llegaría un punto en el cual la relación se invertiría y
la desigualdad decrecería en relación al aumento del crecimiento económico.
Esto ha sido refutado por Piketty (2013) Quien ha afirmado
que la desigualdad es inherente al capitalismo[1].
En
el transcurso del siglo XX se dejó de lado la discusión de la desigualdad, sin
embargo a partir de los años 50s tomo relevancia en la academia la discusión de
la pobreza, entendido esto como una discusión de valores absolutos, soslayando
la pertinencia de la evaluación del mismo en términos relativos, de tal forma,
que el interrogante frente a la estructura económica se apartó del camino, para
dar espacio a asuntos particulares, sin generar una sujeción a los niveles
estructurales.
En
el marco de la construcción de la política pública para los próximos cuatro años
Colombia no se ha quedado por fuera del Boom mundial[2],
por tanto, el Gobierno Nacional ha vinculado el tema de la desigualdad, como
uno de los “ejes nodales”, de lo que es la propuesta de Plan Nacional de
Desarrollo 2014-2018 titulado “Todos por
un nuevo país, Paz, equidad y Educación”. En este artículo analizaremos el
tercer apartado de las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018,
titulado “Colombia más equitativa y sin pobreza extrema”.
En
primer lugar es preciso realizar algunos apuntes sobre el diagnóstico realizado
por el Gobierno Nacional, pues en sus planteamientos afirma que existe un
cambio favorable en los indicadores de
desigualdad en los últimos 4 años; empero existen un par de aspectos que
pueden implicar que este diagnóstico sea equivocado y que el problema de la
desigualdad sea más agudo de lo estimado. Por un lado tenemos el cambio en la metodología de la medición de
la pobreza en 2011, que tiene repercusiones importantes en los actuales
resultados, y por el otro, el empleo del coeficiente de Gini por ingresos como
un indicador de la desigualdad puede ocultar la realidad del país.
En
el 2011 el gobierno a través de la Misión para el Empalme de las Series de
Empleo, Pobreza y Desigualdad (MESEP) implemento una nueva metodología de medición
de la pobreza, este nuevo método conllevó gran controversia, pues implicaba una
reducción bastante importante para el mismo año del porcentaje de pobreza en el
país. La discusión no ha sido saldada del todo, sin embargo el DANE sigue
utilizando esta metodología.
La diferencia sustancial entre la anterior y
la nueva forma de medir la pobreza radica en el Coeficiente de Orshansky
utilizado, pues los resultado para Colombia arrojan que el país cuenta con un
coeficiente de 2,9, empero el coeficiente empleado por la MESEP fue de 2,4, que
es el promedio para América Latina.
Según Roberto Angulo (2011) el argumento para
tomar esta decisión correspondió a una interpretación, en esta medida más que
una decisión rigurosamente técnica, fue una cuestión de apreciación subjetiva,
con importantes impactos políticos.
En
la Grafica 1 podemos observar el comportamiento de la pobreza para la primera
década del siglo XXI con cada una de las metodologías. Como se puede apreciar para
el 2010 la diferencia de resultados entre la anterior y la nueva metodología es
de aproximadamente 7 puntos porcentuales, lo que para la época significaba
alrededor de 3,2 millones de personas.
Ahora bien el DNP presenta una reducción de 10 p.p entre 2010-2014, por un lado
podemos observar que ambas curvas coinciden en una tendencia decreciente, sin
embargo la pendiente de la Anterior metodología es más reducida que la de la
Nueva, y dado que no existe ningún
cambio significativo en este último cuatrienio puede anclarse la disminución más
a un tema de medición que de comportamiento real de la variable.
Grafico 1. Medición de la
Pobreza 2000-2010
Fuente: (Misión para
el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad (Mesep), 2012)
Por
otro lado se presenta el coeficiente de Gini por ingresos como un indicador de
la desigualdad en el país, de tal forma que el DNP (2013) presenta una
reducción del mismo para el 2010-2014 del “0,56 a 0,539”, sin embargo tal como
lo argumenta Juliana Londoño y Facundo
Alvaredo (2014) este indicador solo
refleja los promedios de una economía, y dadas estas características puede
ocultar el comportamiento de los quintiles a los extremos de la muestra
poblacional.
En
este orden Londoño & Alvaredo (2014) concluyen que
“Cuando los coeficientes de Gini basados en la encuesta se ajustan para tener
en cuenta los ingresos superiores declarados en las declaraciones de renta, los
niveles de desigualdad son mayores y la reducción de la desigualdad es menos
pronunciada”. En este orden puede afirmarse que el diagnostico que realiza el
DNP no genera menos que escepticismo.
Comportamiento de la
desigualdad
Ahora
bien, dado que el diagnóstico del DNP no es el más fehaciente, es importante
revisar el comportamiento de la desigualdad en términos históricos, ´para ello
emplearemos algunos de los resultados de Londoño & Alvaredo (2014) .
La metodología que utilizan estos autores emplea la WTID y el método construido
por Piketty, analizar el comportamiento de los ingresos del 1% más elevado de
la población.
En
la Grafica 2 podemos observar el comportamiento de la participación del 1% con
mayores ingresos de la población en el total del producto, entre 1993-2010,
como se puede observar, si bien hay una reducción de esta participación entre
1996 y el 2000, entre el 2001-2003 tiene
una leve recuperación, y a partir de 2004 inicia una tendencia creciente;
aunque en el periodo existe una fluctuación, debe notarse que la participación
nunca estuvo por debajo del 17% y luego de 17 años las condiciones de participación
siguen intactas. Es decir en estas dos décadas la desigualdad se ha mantenido estable.
Grafica 2. Participación del 1% superior, 1993-2010
Fuente: (Londoño & Alvaredo, 2014,
pág. 165)
La
siguiente pregunta que impera ser respondida es ¿Cómo está compuesto el ingreso
del 1% con los ingresos más elevados? En la Grafica 3 podemos observar el
origen de los ingresos de este 1%, resulta supremamente revelador la relación
directa que se puede evidenciar entre mayores ingresos, y el origen de estos en
la propiedad sobre el capital o las rentas. Así pues, podemos observar que en
el 1% de la población a medida que se asciende a el porcentaje de la población
con los mayores ingresos, estos relacionan su origen en gran proporción con
Negocios, alquileres y rentas del capital.
Grafico 3. Composición de los
ingresos del 1% superior por fuente, 2010
Fuente: (Londoño & Alvaredo, 2014,
pág. 168)
El
DNP (2013) presenta que el 45%
de los ingresos del 1% estudiado se explica por salarios; no obstante esto
resulta ser una apreciación de poco impacto cuando se la compara con el 0,001%
con más altos ingresos, de tal manera que Londoño & Alvaredo (Londoño &
Alvaredo, 2014)
concluyen que “los individuos de muy alto ingreso son, en esencia, rentistas y
capitalistas”
Dado
este escenario es importante revisar la distribución funcional[3],
ya que el porcentaje de la población con más alto ingreso, devenga el mismo
producto de su propiedad sobre el capital. Mientras que un gran porcentaje de
la población devenga sus ingresos producto de una relación laboral, de tal
manera que la distribución del producto resulta ser bastante aclaradora sobre
el fenómeno en Colombia.
En
la Grafica 4 se puede observar como la remuneración al trabajo ha venido perdiendo
participación en el PIB durante la última década, de tal manera que se puede
acentuar la conclusión de Londoño & Alvaredo (2014) , es decir quienes
detentan la propiedad en Colombia son quienes mayor participación tienen sobre
el ingreso total.
Una
herramienta que se podría implementar para reducir la desigualdad en el país va
de la mano de los impuestos; sin embargo, el panorama colombiano sigue siendo
grave en este aspecto. Consecutivo con esta idea resulta una total desfachatez
que el presidente Juan Manuel Santos haya afirmado en la conferencia de
lanzamiento del libro de Piketty en Colombia, que la tributación “es el
mecanismo para distribuir mejor el ingreso y la riqueza”, cuando el sistema
tributario colombiano no afecta los ingresos de las personas que poseen el
mayor porcentaje de estos, pero además la reforma tributaria del 2012 en vez de
aumentar el gravamen a estas personas terminó reduciéndolos.
Grafico 4. Participación de
la remuneración al trabajo en el PIB
Fuente: Construcción propia,
datos DANE
La
última reforma tributaria[4]
crea la Contribución Empresarial para la Equidad(CREE) que fue proclamado por
el Gobierno Nacional como una panacea, sin embargo el impuesto a la renta paso
de 33% al 25%, además de que los parafiscales fueron eliminados[5],
en términos reales no hay un aumento de la tributación por parte de los más
ricos, sino todo lo contrario una caída de la misma.
En
consecuencia el Gobierno parte de un diagnostico errado de la desigualdad en Colombia, pues su medición no es la más acertada, tanto
en esos términos como en los de pobreza, pero además las causas nunca son
presentadas, lo que se puede vislumbrar es a través de su propuestas, que
básicamente se enfocan en la movilidad social, y el acceso a algunos derechos
básicos, que dada la historia del país, no garantizan una solución real (Se ha
venido implementado un modelo de privatización y subsidio, en contraposición a
un modelo de protección social real).
Es
preciso decir que con los resultados expuestos hasta el momento, el tema de la
desigualdad no está siendo utilizado más que de forma decorativa en el discurso
del gobierno, pues el problema tal y como lo hemos expuesto no es de las oportunidades
como lo presenta el Gobierno (movilidad social), sino de las “dotaciones
iniciales” (propietarios de capital y rentistas vs asalariados), pretender
generar igualdad de oportunidades, con la anterior salvedad, es profundizar y
perpetuar la desigualdad histórica del país.
*Miembro del Colectivo de Economía.Estudiante de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional.
[1]No
entraremos a discutir las conclusiones completas de Thomas Piketty (2013) , pues en lo que
respecta al tema de la desigualdad el mismo reconoce en la introducción de su
libro que los primeros en ubicar el problema de la desigualdad se encuentran en
los economistas clásicos. Ahora bien el mérito de este autor es retomar la discusión
no saldada.
[2]
Empero no se puede desligar este PND de y la inserción en el tema de la
desigualdad a la dinámica política que implica
las negociaciones de paz que se dan en la Habana, Cuba.
[3]
La distribución funcional corresponde a la participación tanto de la
remuneración al capital, como la remuneración al trabajo en el producto total
de una economía.
[4]
La reforma tributaria del 2012 puede encontrase como la ley 1607 del 26 de
diciembre del 2012.
[5]
Los parafiscales se mantiene para los empleadores que pagan a sus empleados más
de 10 salarios mínimos.
Bibliografía
Angulo, R. (09 de Octubre de 2011). La medición de la pobreza en Colombia: respuestas para el debate. Obtenido de Razón Pública: http://www.razonpublica.com/index.php/regiones-temas-31/2459-la-medicion-de-la-pobreza-en-colombia-respuestas-para-el-debate.html
Departamento Nacional de Planeación. (2013). Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018.Bogotá D.C.
Londoño, J., & Alvaredo, F. (2014). Altos ingresos e impuesto de renta en Colombia, 1993-2010. Revista de Economía Institucional, 16(31), 157-194.
Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad (Mesep). (2012). Pobreza monetaria en Colombia: Nueva metodología y cifras 2002-2010. Bogotá D.C: DNP % DANE.
Piketty, T. (2013). El capital en el Siglo XX1 (Primera edición en español 2014 ed.). (E. Cazenave, & T. Isoard, Trads.) Bogotá, D.C: Fondo de Cultura Económica.
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